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Liderazgo femenino y cultura financiera

Ángeles Gallardo

Editora periodística especializada en temas de educación e innovación pedagógica. 

Fundadora de www.ineditagencia.com

Los jóvenes de hoy no tienen nada fácil la tarea de incorporarse a la vida adulta, y todavía más
complicada resulta para las mujeres jóvenes. Los medios nos bombardean a diario con
mensajes de liderazgo femenino en todos los ámbitos. La presión que recibe la mujer joven
para ser emprendedora no es proporcional a las herramientas que ha recibido para ello en su
educación.
Actualmente, las jóvenes emprendedoras tienen un nivel académico superior al de sus madres,
pero sigue existiendo una carencia en el ámbito financiero, por razones culturales y por
deficiencias en el ámbito pedagógico.
El dinero ha sido un tabú en nuestra sociedad que se ha transmitido de generación en
generación hasta nuestros días, de modo que el lema «del dinero no se habla» es algo que
sigue vivo en nuestro ideario cultural. La educación, como principal vía socializadora de la
persona, ha copiado ese tabú y lo ha defendido e incluso justificado, en ocasiones.
Hablar de dinero es mucho más que expresar lo que ganamos o no con nuestro trabajo. Hablar
de dinero implica saber qué significa ahorrar, qué implica solicitar un préstamo o un crédito,
entender el concepto de seguro y previsión a largo plazo. Esos son los conceptos que
constituyen una cultura financiera, una visión holística y útil del dinero.
La visión holística del dinero es imprescindible para el emprendimiento del siglo XXI y la
realización de proyectos en los que el lucro o la venta de productos no sean el único objetivo
de la actividad empresarial. El emprendimiento colaborativo, la producción cooperativa y otras
formas de acción creadora de empresa son posibles gracias a una sólida cultura financiera.
Como pasa en otros ámbitos del conocimiento, es recomendable iniciar el aprendizaje lo antes
posible para naturalizarlo e integrarlo en el pensamiento habitual de los alumnos y las
alumnas. Por ello, reivindicamos la necesidad de introducir la educación financiera en las
etapas de Primaria de forma transversal al estudio de las matemáticas y al desarrollo de las
competencias para la ciudadanía.
El aprendizaje de las matemáticas suele unirse a la repetición de tareas que no enlazan bien
con los intereses reales de los alumnos. Algunos conceptos financieros pueden resultar útiles
para poner en práctica principios matemáticos, a la vez que facilitamos situaciones reales para
conectar las tareas del aula con la vida práctica en sociedad. Los alumnos pueden realizar
ejercicios aritméticos descubriendo cuánto cuesta la luz o el agua en sus hogares. O bien, por
qué unos productos alimenticios son más caros que otros, esa puede ser una pregunta
apropiada para debatir sobre los productos locales y los costes de transportar mercancías.
Hay que evitar infravalorar las capacidades de los estudiantes de la etapa de Primaria e
invitarles a participar en la sociedad desde el conocimiento de conceptos como PIB (Producto
Interior Bruto), IVA y los impuestos en general, qué son y para qué sirven. Así, se facilita que
lleguen a ser adultos capacitados para elegir cómo contribuir en una sociedad que conocen y
entienden.

Impulsar el aprendizaje de conceptos financieros macroeconómicos en la etapa de Primaria
puede ser la base de construcción de futuras líderes empresariales, que desarrollen negocios
con responsabilidad social en su ADN constitutivo, y no como una simple acción de imagen
corporativa más.
No hay acción humana que no tenga una implicación económica, de modo que si negamos el
conocimiento financiero a los alumnos estamos deshabilitándoles para ser ciudadanos
integrados y participativos de adultos.

Claves para descubrir la vocación y
elegir los estudios con acierto

Por Yolanda Palomino Cabrero, periodista y orientadora vocacional. Fundadora
de los talleres Encuentra tu vocación.
www.encuentratuvocacion.com

¿Sabías que en España el 33% de los alumnos que empieza una carrera universitaria la abandona? Esto demuestra la importancia de elegir una
titulación afín a nuestra vocación y habilidades.
Este abandono responde a varios factores, entre los que destaca la falta de un trabajo reflexivo previo por parte del alumno para conocer sus habilidades,
intereses y valores.
Explorar tus talentos, es decir, aquellas habilidades personales y académicas en las que destacas; tus pasiones, las actividades que te entusiasman y te
llenan de energía; y tus valores, o lo que es lo mismo, aquellos principios que guían tu vida, son tarea fundamental para descubrir la vocación antes de elegir los estudios.
Es muy habitual encontrarse con trabajadores dedicados a una profesión que no les interesa nada. Esto, a la larga, genera frustración y una gran
desmotivación en la persona. En cambio, cuando estudias algo con verdadero significado para ti y te dedicas a ello, consigues aportar tu mayor valor al
mundo. Y de eso se trata cuando salimos al mundo laboral: de encontrar una profesión en la que aportar valor con nuestras cualidades y aptitudes naturales.
Trabajar el autoconocimiento y la reflexión antes de embarcarse en una carrera universitaria permite a los alumnos conocer mejor sus intereses más profundos y encontrar su propio camino. La era en la que el trabajo se consideraba un sacrificio, casi una esclavitud, ha terminado. Ahora es posible -y muy saludable- disfrutar realizando una actividad que nos apasione y ganar dinero con ello. Para lograrlo hay que empezar por hacer un trabajo de introspección para descubrir nuestra vocación y así tomar las riendas de nuestra vida.

Paso a paso para encontrar la vocación
En la elección de los estudios universitarios, el alumno debería ser el principal protagonista. Realizar ejercicios de autoconocimiento le permite tener un
criterio propio y maduro para tomar “la gran decisión” y no verse condicionado por lo que el entorno, la sociedad e, incluso las modas dicten en lo que a
estudios se refiere.

Es fundamental dedicarse a una profesión alineada con la esencia de la persona. Para alcanzar la plenitud en el trabajo es fundamental lograr una
coherencia entre lo que somos y lo que hacemos. Ser conscientes de nuestras cualidades nos permite buscar un trabajo que encaje con ellas. De nada sirve ganar mucho dinero si existe una incoherencia entre nosotros y nuestro trabajo.

Estas son para mí las 5 claves más poderosas para encontrar la vocación:
1) Explorar los talentos. Preguntarse qué actividades hago especialmente bien y sin esfuerzo, qué conocimientos y habilidades tengo con los que
puedo mejorar el mundo, qué cualidades personales me caracterizan (en este punto, si no se tiene claro, lo mejor es preguntar a quienes nos
conocen qué fortalezas ven en nosotros).
2) Identificar las pasiones. Las actividades que nos entusiasman y nos llenan de energía cuando las realizamos son claras candidatas a
convertirse en nuestra vocación. La pasión es un elemento imprescindible para poder brillar como profesional, por tanto, no debe
subestimarse.
3) Conocer la oferta educativa y laboral. Existen multitud de estudios y titulaciones, tanto universitarios, como de formación profesional y
enseñanzas especiales, y es necesario bucear para conocer toda la oferta educativa. El abanico de posibilidades es inmenso y es imposible
matricularse en unos estudios si no sabes que existen. Por eso es preciso sumergirse en las páginas web de las universidades para recopilar toda la información posible de los grados que nos interesan: asignaturas, conocimientos que se adquieren, para qué te prepara, salidas profesionales, etc..
4) Acercarse a las profesiones. Es fundamental que los alumnos vivan de cerca las profesiones que les llaman la atención. Para ello, pueden
hablar con personas que se dedican a esas profesiones y hacerles preguntas sobre su trabajo e, incluso, acompañarles un día o hacer algún voluntariado en ese sector para conocerlo de primera mano.
5) Reflexionar sobre todo ello. Después de realizar los pasos anteriores el alumno tiene que reflexionar sobre todo esto haciéndose preguntas:
¿Me veo yo trabajando es esto? ¿me gustaría saber más de este sector y formarme en ello? ¿me haría ilusión levantarme cada día para
dedicarme a esta profesión? Si la respuesta es que sí, le dará la pista acerca de dónde está su vocación. Y si la respuesta es que no, le servirá
para descartar esa opción.
Siguiendo este método, los alumnos tienen más opciones de encontrar su vocación y matricularse en unos estudios afines a su perfil.
La pregunta no debería ser en qué estudios me matriculo si no a qué profesión me quiero dedicar, es decir, qué profesión me permitirá aportar mi mayor valor.
Y después buscar los estudios que mejor me acerquen a ese objetivo.

La temida nota de corte de los grados universitarios no debe ser un impedimento. Si un estudiante tiene claro lo que quiere hacer, pero no le
alcanza la nota, siempre existen alternativas para alcanzar la meta. La orientación vocacional también ayuda a trazar una estrategia para conseguir
acceder a la carrera soñada.

La equidad se construye con nuevos modelos de liderazgo


Claudia Tobar, PhD en Educación en Liderazgo Organizacional. Directora del Instituto de Enseñanza y Aprendizaje (IDEA), Academia SHIFT y Educación en Línea, de la Universidad San Francisco de Quito. Oradora de TEDx y elegida por Forbes Ecuador como Mujer Power.

Email: ctobar@usfq.edu.ec


Cuando hablamos de brecha de género, la realidad es que por cada 100 hombres promovidos o contratados en su primera posición de liderazgo, solo 72 mujeres tienen la misma oportunidad (Forbes, 2021). Es conocido que aún no hemos alcanzado la anhelada equidad en condiciones y salarios. El desafío no recae en lograr que más mujeres entren en la carrera desgastante de hombres contra mujeres, donde las mujeres tratan de imitar modelos de liderazgo masculinos y con condiciones creadas por y para hombres, sino en sentirse cómodas desafiando nuevos modelos, más empáticos, flexibles y conciliadores, con los cuales impactar en su entorno.


Las mujeres son 75% más propensas que los hombres a sufrir del síndrome del impostor al momento de recibir un nuevo cargo. El síndrome del impostor puede definirse como un conjunto de sentimientos de inseguridad que persisten a pesar del éxito evidente. Los “impostores” sufren una duda crónica sobre sí mismos y una sensación de fraude intelectual que anula cualquier sentimiento de éxito o prueba externa de su competencia (Corkindale, 2008). Esta inseguridad afecta su potencial, su ambición y su posibilidad de aplicar a nuevas oportunidades y crecimiento. ¿Por qué a las mujeres les afecta más? Existen numerosas variables, pero la más común es que los puestos de liderazgo diseñados por y para hombres hacen que las mujeres deban estar pretendiendo ser hombres para ser consideradas exitosas en esos cargos. Cuando uno tiene que pretender todo el tiempo, la dinámica se vuelve agotadora y es más probable sentirse como impostor.


Un futuro alentador para muchas mujeres que aspiran a ejercer puestos de liderazgo es diseñar nuevos modelos y condiciones de liderazgo que les permitan desarrollar nuevas formas de impactar y liderar, y que no sean heredados de contextos que han perdido su vigencia. Estos modelos no deberían ser catalogados como masculinos ni femeninos, sino como modelos innovadores que no responden a creencias anticuadas de poder o de paternalismos. Aunque son actitudes estereotipadas, con frecuencia asumimos que los hombres son objetivos, enérgicos, decididos y autoritarios, mientras que las mujeres son vistas como emocionales, serviciales, dóciles e inestables. Estas tipificaciones son generalizaciones que a menudo no responden a la realidad, pero que sin embargo ejercen un impacto importante en las actitudes que las mujeres deben reflejar para mostrarse aptas para el puesto.


Otro aspecto clave en la creación de nuevos modelos de liderazgo es la diversidad. Se trata de un valor agregado esencial dentro de un grupo de liderazgo. Así, entre mayor diversidad de género, cultura, etnia, afiliación política o religiosa, mayor será la posibilidad de expandir visiones alternativas y relevantes para la toma de decisiones. No obstante, conviene señalar que si los diferentes actores se mimetizan en una sola y única versión de líder, ya sea para tratar de pertenecer o de alcanzar el éxito, la riqueza de la diversidad termina por diluirse. Es por esto que resulta vital desarrollar e impulsar nuevos modelos de liderazgo.


No existe mejor momento en la historia para que las mujeres puedan crear un nuevo futuro de líderes. Somos nosotras las que debemos demostrar que somos capaces; las primeras en creer en nosotras mismas. Estos nuevos modelos deben incluir, en ocasiones, ser emocionales, pero en otras ser objetivas, enérgicas, pero empáticas. Estos modelos no son para un género u otro, sino para que nuevas formas de impactar y de guiar sean aceptadas, celebradas y buscadas. No lo haremos solo para las mujeres, sino para todos los que se sienten intimidados porque creen que no calzan en el molde de liderazgo. Es una invitación para descubrir que pueden coexistir muchos moldes, y que todos son válidos. Así, menos personas tendrán que sufrir el síndrome del impostor, y muchas otras diseñarán su camino de crecimiento y desarrollo. El futuro es alentador; reformular el futuro, de valientes.


Referencias


Corkindale, G. (2008). Overcoming imposter syndrome. Harvard Business Review. https://hbr.org/2008/05/overcoming-imposter-syndrome

Forbes México. (2021). La brecha de género se amplía: 54% de las mujeres líderes se sienten exhaustas.https://www.forbes.com.mx/forbes-women-brecha-genero-covid-19-puestos-liderazgo/

Señalización con pictogramas en colegios de infantil y primaria en las
escuelas visuales

Miriam Reyes

¿Sabías que nuestro cerebro procesa 60,000 veces más rápido una imagen que la
información escrita en un texto? ¿O que el 90% de la información que llega a nuestro
cerebro es visual? Las escuelas visuales aprovechan el poder del aprendizaje visual en la
infancia para que todos los niños puedan desarrollar su potencial implementando
herramientas como la señalización con pictogramas.
Los colegios de infantil y primaria que se transforman en Escuelas Visuales, implementan
en su día a día, en todas las aulas y con todos los niños y niñas, una serie de herramientas
visuales que consiguen múltiples beneficios en el aula y el centro educativo. Una de estas
herramientas es la señalización con pictogramas.

¿Qué es la señalización con pictogramas?
La señalización con pictogramas consiste en utilizar una serie de pictogramas para indicar
las diferentes aulas, funciones, estancias e instalaciones de las escuelas. Los pictogramas
son imágenes que representan una palabra, un lugar o un concepto, y que, al ser visuales,
permiten sobrepasar la barrera del lenguaje y transmitir de forma eficiente la información.
Imagina el símbolo del cuarto de baño que encontramos en espacios públicos como un
aeropuerto, una estación de tren o en un centro comercial. Ese símbolo, ese dibujo, es un
pictograma que nos ayuda a entender el entorno y nos proporciona información
determinada sobre un lugar. Esta señalización con pictogramas hace que la comunicación
sea más fácil y accesible para todos.

Los beneficios de la señalización con pictogramas 

Señalizar un centro educativo es conseguir que el centro sea accesible, no sólo físicamente, que por ley ya debe serlo, sino ser accesible cognitivamente. Implicará que todas las personas conozcan y comprendan el entorno escolar. 

Se ofrece a través de los pictogramas la ayuda necesaria para entender el entorno y conlleva múltiples beneficios. En general, se va a beneficiar toda la comunidad educativa: el personal o los docentes de reciente incorporación, las familias que acuden puntualmente el centro o alguien lo visita. 

En particular, se van a beneficiar todos los niños y niñas, y especialmente aquellos niños y niñas que necesitan un apoyo en la comunicación, por sus características personales. Así como los niños y niñas que no dominen el idioma local, o los que son aún muy pequeños o pre-lectores, que aún no saben leer un cartel pero pueden comprender los dibujos de los pictogramas. 

¿Cómo señalizar con pictogramas tu colegio? 

Hay varios aspectos técnicos a tener en cuenta para que la señalización se realice de forma correcta. Desde la web de Aprendices Visuales podemos formarnos con el objetivo de que la señalización sea adecuada. 

Además, señalizar tu colegio es mucho más que colocar los pictogramas, es una oportunidad única de sensibilización de tu alumnado y la comunidad educativa, para valorar la diversidad y crear una escuela inclusiva. 

Siempre es importante realizar una actividad a nivel de centro que involucre a todos en esta transformación hacia una Escuela Visual. Ese día de la colocación de los pictogramas, conseguiremos la comprensión e involucración del alumnado consiguiendo una escuela más participativa, más accesible y más visual.  

¿Por qué una escuela inclusiva?

La educación inclusiva busca que la escuela sea un entorno donde tenga cabida toda la diversidad de los niños que viven en nuestra sociedad. Una escuela en la que todos los niños y niñas tengan las mismas oportunidades, mejorando su aprendizaje y participación en las actividades del centro educativo. 

Las diferentes herramientas visuales, como la señalización del colegio, permiten avanzar hacia esa escuela inclusiva a través de lo visual. 

Forma parte del mapa mundial de colegios señalizados 

Cada día, son más los colegios que han señalizado los espacios y aulas de su centro educativo. Desde Aprendices Visuales han creado un mapa donde visibilizarlos. Con este mapa se busca reconocer el gran trabajo de todas aquellas comunidades educativas que están impulsando una educación inclusiva. 

Se puede visitar el mapa, ver los centros de tu zona y, si tu centro está señalizado y no aparece en el mapa, contacta con Aprendices Visuales para que puedan incluirte. 

Un ejemplo es el colegio El Bosquín, en Asturias. Puedes ver cómo señalizaron su colegio y la implicación de todos los niños y niñas en el siguiente video: 

El momento más dulce y el momento más complicado para enseñar tecnología

En la historia más reciente de la España democrática tener una nueva Ley de Educación, y por lo tanto un nuevo currículo, no es ciertamente ninguna novedad ya que desde el año 1980 se han sucedido 8 propuestas de ley.

Sin embargo, para la enseñanza de la Tecnología hay dos puntos de inflexión muy claros. El primero de ellos, en el año 1990 con la LOGSE, cuando se sientan las bases para desarrollar los primeros currículos completos de la materia en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria, en otras palabras, cuando se introduce de forma reglada la enseñanza de Tecnología en las aulas de la ESO. 

Y el segundo, y más reciente, con la LOMLOE de 2020 en la que aparece por primera vez la palabra Ingeniería junto a la Ciencia, a la Tecnología y a las Matemáticas (las denominadas materias STEM) en una de las 8 competencias clave a las que deberán responder las nuevas propuestas curriculares de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria que se empezarán a desplegar en los centros educativos a partir del próximo mes de septiembre.

El enfoque competencial del nuevo currículo, con la introducción de la competencia matemática y de ciencia y tecnología, da cabida a las experiencias de programación y robótica educativa en las aulas dentro del marco legal, muy útiles para introducir la alfabetización STEM. Esto no quiere decir que antes de la nueva ley no estuvieran realizándose, lo que ocurre es que hasta hoy no había una manera sencilla de “casarlas” formalmente con el currículo. De hecho, en muchos centros educativos que trabajan desde hace tiempo con modelos innovadores, en los que se destaca el trabajo por proyectos y además se realiza de forma transversal, los robots y la programación ocupan un lugar especial y privilegiado en las clases, siendo ahora el momento más dulce para continuar haciéndolo con el currículo a favor.

Por otra parte, se hace referencia al momento más complicado porque hay nuevos saberes que trabajar y se precisa formación sobre tecnologías que no se explican en los planes de estudio de magisterio. Entre los objetivos de la introducción de la enseñanza de la tecnología en la educación básica se busca fomentar vocaciones en este campo. En particular se habla mucho de la falta de más presencia femenina en ámbitos profesionales tecnológicos, pero es prácticamente imposible fomentar dichas vocaciones si no se ayuda primero a las maestras (que representan más de dos terceras partes de los docentes de educación infantil y primaria del país) y a los maestros a integrar y hablar de tecnología en su práctica educativa.

A pesar de que el acceso a la carrera de magisterio se puede realizar desde cualquier bachillerato, sólo un porcentaje muy bajo de la rama científico-tecnológica lo hace. En tanto que en las universidades españolas que imparten el grado de magisterio sólo entre el 10 y el 12% de los créditos están destinados a las matemáticas y/o TIC y es poco frecuente encontrar alguna de ellas que ofrezca la especialidad en tecnología. 

Más allá de los esfuerzos por llevar referentes femeninos de campos de la ingeniería y de las ciencias a las escuelas para dictar charlas inspiracionales entre el alumnado, y en particular dirigidas a las alumnas, sería de gran trascendencia que sus maestras y maestros, con los que conviven día tras día y que son sus referentes directos, las ayudaran a descubrir juntos las nuevas profesiones y los nuevos perfiles profesionales que el mundo del siglo XXI está demandando.

Rocío Lara

Responsable del área educativa en RO-BOTICA

Irene Arrimadas

EDUCACIÓN, LIDERAZGO, MUJER

Juntas responderemos a los desafíos pedagógicos de hoy y de mañana

Inicio este post con el agradecimiento a todo el equipo MLE y, en especial, a Ana Mª Farré, por la invitación a participar en “Expertas” de MLE. Estoy segura que éste será el escenario propicio para compartir reflexión sobre educación en clave de liderazgo femenino. Son estas tres palabras, “mujer”, “liderazgo” y “educación” las que juntas generarán nuevas perspectivas, visiones renovadas y soluciones innovadoras.

Cuando me llamó Ana Mª para comentarme su ilusionante proyecto y me dijo “habla de lo que quieras”, me quedé pensando en lo que yo podía aportar, porque, más que hablar, me apasiona escuchar y reflexionar con otros. Y pensé en lo que disfrutaría al compartir este post con tantas mujeres con las que tengo la tremenda suerte de caminar la vida educativa, las que construyen con su trabajo y dedicación la verdadera educación que deja huella en las personas. Estoy segura que a muchas las leeréis pronto en este espacio.

Así que lo que puedo ofrecer es el reflejo de lo que aprendo cada día con ellas. Por ellas, hablo desde la esperanza en un mañana educativo del que desconozco tantos aspectos, del que intuyo algunos retos, oportunidades y amenazas, y en el que desearía ver realizadas tantas aspiraciones e ilusiones. Un mañana que sabemos que empieza hoy con nuestro hacer cotidiano que lo construye y que también lo condiciona. Este hoy educativo protagonizado por los alumnos, pero de forma determinante también por los educadores desde nuestro papel activo en la construcción de cada proyecto de vida que se teje en cada niño. De ahí que mi hoy se centre en la búsqueda de procesos de innovación y cambio educativo que impulsen el protagonismo del alumno para que sean capaces de liderar su vida y mejorar la vida de los demás.

No es nada fácil acertar con la clave de lo que debe aprender un buen ciudadano del siglo XXI (en el terreno cognitivo, socio-afectivo, espiritual, de valores), para abrirles al conocimiento propio y del mundo que les rodea, para facilitarles la convivencia desde la solidaridad, y para que desarrollen sus competencias con responsabilidad y libertad. No se trata solo de trabajar las materias o los contenidos que tienen que saber, sino el ser integral de la

persona. Por ello, creo en la educación que transforma vidas. Lo afirmo con sumo respeto y cuidado, por su dimensión de amor y servicio a nuestros alumnos, especialmente a aquellos que más lo necesitan, por su repercusión profunda en la vida y en el quehacer de tantas personas implicadas en el proceso educativo y por su trascendencia en la transformación de nuestra sociedad. Educación que es todo un desafío, al que debemos dar respuesta juntos y más en este cambio de época donde es tan fácil “perder el rumbo”.

Tengo el privilegio de formar parte de una institución (Escuelas Católicas) que junto a muchas otras organizaciones y expertos, me permite pulsar los desafíos pedagógicos a los que ya nos estamos enfrentando y los que se nos avecinan. Los centros e instituciones queremos seguir cumpliendo con nuestra misión educativa de la mejor manera posible, desde nuestra visión, e introducir procesos pedagógicos personalizados, inclusivos, rigurosos y contextualizados, y actualizar los métodos de enseñanza y la organización pedagógica. Por ello, necesitamos hacer realidad algunos cambios estructurales y curriculares para que el centro se organice en torno al protagonismo del alumno y su aprendizaje.

Necesitamos impulsar una nueva cultura organizativa en nuestras escuelas para llegar a ser organizaciones que aprenden; distinguirnos por una mayor coordinación, participación, colaboración y comunicación vertical y horizontal para que el proyecto educativo del centro impregne toda la vida de la escuela y sea coherente desde cada programación de aula. La organización que aprende es principalmente una organización dual, que crece, se transforma e innova desde la comunidad en red, basada en el poder de las personas, en su talento, en la confianza.

Hace falta un profesorado preparado y partícipe, con una sólida formación inicial y continua, con acompañamiento y práctica reflexiva que lo mantenga al día de los aspectos pedagógicos relevantes con recursos y disponibilidad del tiempo necesario para diseñar sus programaciones de aula, que trabaje en redes de colaboración y que comparta proyectos y experiencias.

Y, por supuesto, necesitamos un liderazgo distribuido, que genere un clima de relación, implicación y cohesión del profesorado y de los equipos directivos alrededor de la visión compartida, de tal forma que cada maestro y profesor sea también un líder (Del Pozo et al., 2016). Estos líderes cuidan su bienestar emocional para poder cuidar el de los demás; establecen un diálogo reflexivo

entre profesores, alumnos, familias, etc.; promueven y utilizan canales eficaces de colaboración; están atentos a las iniciativas propuestas por los equipos y les otorgan autonomía para su ejecución; crean ambiente positivo; dirigen y acompañan de manera imaginativa; y valoran al claustro y al resto de la comunidad de la que forman parte (Martín Murga, M., 2021).

Pero todo a la vez no lo podemos llevar a la acción. De ahí la importancia de reflexionar “desde dentro” sobre lo que tendríamos que cambiar en nuestros centros y generar un buen plan de mejora pedagógico con preguntas clave: ¿dónde vamos a poner el foco?, ¿por qué, para quién y qué podemos hacer?, ¿cuándo, cómo y qué recursos tenemos disponibles? Y no olvidemos la evaluación de cada proceso para recalibrar hacia dónde vamos.

Ojalá que construyamos respuestas entre todas y pongamos “taller” a las ideas. Que no se pierda ninguna en este camino tan apasionante. Juntas, somos red.

Irene Arrimadas

Directora de innovación pedagógica de Escuelas Católicas Nacional

Luz, un referente en creatividad​

Conocí hace unos años a Luz Rello (Sigüenza, Guadalajara, 1984) y escuche como ella pensaba que no terminaría el colegio por culpa de su dislexia. Cuenta que lloraba cada vez que le entregaban las notas.  En un momento dado se enteró de que en el diccionario venían todas las reglas ortográficas, pidió ese libro de regalo y se las estudió de memoria. Un día abrió el sobre de las notas y vio que había todo sobresalientes y rompió de nuevo a llorar porque pensó que había un error.

Luz dice que cuando en algún momento de su etapa profesional le comentan cuanto trabaja siempre se remite a su infancia y dice que no es nada comparado con todo que trabajó entonces, eso sí era “ trabajar duro”! Ahora Luz Rello es licenciada en Lingüística y doctora en Informática, Ashoka Fellow e investigadora en Carnegie Mellon University. Pone en marcha la Fundación Change Dyslexia , desde la que trabaja junto a un equipo interdisciplinar en la detección precoz y apoyo al tratamiento de la dislexia. Su investigación ha recibido varios reconocimientos, fue la primera española en recibir el Premio al Joven Investigador Europeo (European Young Researcher Award 2013), Innovador Social del Año por MIT Technology Review en 2014, el Premio Princesa de Girona en 2016 y fue incluida en la lista Forbes 30 Under 30 de 2017.

Cuando escribí el capítulo del libro “Mujeres líderes en la educación del s.XXI”, editorial Brief, donde Luz es protagonista, me comentaba su interés en centrar la investigación para dar buenas noticias a los niños con esta dificultad de aprendizaje. Luz acaba de ser nombrada por la revista FORBES entre los 100 españoles más creativos y como dice ella en un tweet:” precisamente la creatividad es algo en lo que destacan muchos niños con dislexia” . Hoy la creatividad es más necesaria que nunca, en un momento de crisis como el que vivimos, hay que agudizar la imaginación y buscar nuevas alternativas, nuevas estrategias para avanzar y sigo con el hilo de twitter de Luz  ”creatividad es lo que hacen muchos niños cuanto recuerdan una palabra por cómo se ve, porque no la pueden leer. Cuando escriben con un sinónimo porque no saben la ortografía de la palabra que desean escribir, o incluso cuando acabas describiendo esa palabra. Creatividad cuando dibujas porque las palabras cuestan o te fijas en el lenguaje no verbal”. Buenas noticias sin duda!

Pronto podremos charlar con Luz de todo ello, el próximo día 7 de octubre en @fundacionBotin en Madrid en la presentación del libro Mujeres líderes en la educación del s.XXI.Editorial Brief. Reserva tu plaza en ACTIVIDADES