PROYECTOS DE INNOVACIÓN EDUCATIVA

MBA KIDS: Una escuela de negocios para niños y niñas

Alba Cortés Ortiz, asesora financiera y educadora

Creo que nadie puede dudar de la importancia de la educación financiera, de la necesidad de saber gestionarse emocionalmente o de ser algo más que un currículum, tener una vena creativa, algo especial, para destacar ante el resto.

Sin embargo, y a pesar de que tanto padres como Centros Educativos, se esfuerzan por ofrecer a sus hijos y/o estudiantes la mayor cantidad de alternativas (idiomas, deportes, etc.,) estas competencias empresariales no se trabajan con la importancia que se merece en las aulas.

La ley de educación LOMLOE establece en su artículo 2 que el sistema educativo debe desarrollar el espíritu emprendedor. A nivel europeo, la OCDE incluye la competencia financiera en The Future of Education and Skills: The OECD’s Education 2030 como «uno de los valores que necesitarán los jóvenes para prosperar de forma individual y social».

Nuestro sistema educativo suspende en emprendimiento y finanzas según el informe PISA. España se sitúa por debajo del promedio de países de la OCDE.

¿Cómo se refleja esto en el día a día?

Pues bien, por mi profesión actual en la que ayudo a las familias a organizarse y estar bien planificadas para que, por ejemplo, una subida de Euribor no les ahogue, me ha tocado ver casos que se habrían podido evitar con una buena educación financiera.

Por otro lado, no son pocas las veces en las que he hecho entrevistas en las que la palabra “autónomo” ha hecho huir despavorida a la persona citada, sin querer escuchar más allá.

El camino del empresario no es para todo el mundo, bien es cierto. Hay que tener la autoestima bien alta para saber encajar bien los “noes” y seguir mirando hacia adelante. Para mí, es y sigue siendo un descubrimiento, pues me ha hecho salir totalmente de mi zona de confort, conocer personas maravillosas que de otro modo no habría tenido el placer de encontrarme y dar un impulso a mi trayectoria profesional.

Nací docente, me encanta enseñar y no podía seguir escuchando eso de “ojalá esto me lo hubieran enseñado en la escuela” sin hacer nada.

Así, decidí embarcarme en el proyecto de MBA Kids que nace para dar respuesta al vacío que existe en la escuela de estas competencias, especialmente en edades tempranas.

A través de talleres son los niños y niñas se divierten mientras aprenden finanzas, aprenden a gestionar mejor sus emociones y despiertan su lado creativo y emprendedor.

  • Despega: durante cuatro sesiones, se desarrolla un producto desde el conocimiento de la materia prima, la creación de una marca y un plan de marketing. El proyecto desemboca en una feria empresarial donde se presentan las propuestas.
  • Pensamiento financiero: tiene como objetivo enseñar conceptos financieros básicos qué es el dinero, el valor del dinero, qué diferencia hay entre ahorro y gasto o qué es invertir.
  • Laboratorio de emociones: se trata de reflexionar mediante juegos sobre  cómo la frustración y la sensación de fracaso impactan sobre el comportamiento y la toma de decisiones.

La infancia es el momento idóneo para empezar a trabajar estas habilidades si queremos realmente construir una sociedad más preparada y que los adultos de hoy siguen cometiendo.

Oratoria y debate en el aula del siglo XXI

Eva Bazán, Coordinadora de secundaria en Colegio Sagrado Corazón

La escuela ha sido y es centro de atención en muchas ocasiones, una de las más recurrentes es la que cuestiona qué enseñamos en las aulas, de hecho, no son pocos los titulares como “Las personas con éxito tienen hábitos y habilidades que no se enseñan en el colegio”. ¿Qué podemos hacer desde las escuelas y las universidades para formar a ciudadanos libres e independientes y con las herramientas que les permitan ser esa persona que todos quieran a nivel profesional y personal?

Una de esas herramientas, sin lugar a dudas, es la oratoria y el debate, la competencia lingüística es una de las llaves de muchas puertas del presente y del futuro para poder desenvolverse en la vida y en el trabajo. Vivimos en una sociedad cada vez más exigente con las nuevas generaciones y nuestros alumnos y alumnas tienen que dominar distintas competencias, la tecnológica, matemática, etc, y por supuesto, la lingüística.

De las cuatro habilidades fundamentales que se dan a través de la palabra: leer, escribir, escuchar y hablar, las dos primeras, se trabajan y mejoran en el colegio, pero las dos últimas son las que nadie enseña y las que marcan la diferencia entre la mediocridad y la excelencia. Ya decía Aristóteles que “saber contar una idea es más importante que la propia idea”. Las ideas son la moneda de cambio del siglo XXI, da igual a lo que te dediques en el presente o en el futuro, la herramienta más poderosa que tenemos es el lenguaje, son las palabras.

Por ello, incluir la oratoria y el debate en el aula es imprescindible para formar ciudadanos con pensamiento crítico, que sepan pensar, analizar ideas preconcebidas, comprender los puntos de vista de otras personas, realizar preguntas adecuadas.

Enseñar a comunicar, a debatir no solo es enseñar a hablar en público es enseñar a pensar bien en privado, ¡Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses!”   es la Inscripción que aparece en el frontispicio del Templo de Apolo en el Monte Parnaso cerca de Delfos en la región de Fócida, Grecia; c. 2500 adC Fue Platón, uno de los filósofos más reconocidos, quien más valor dio a esta frase, haciendo pensar en la importancia de mirar hacia dentro antes de tomar acción en algo. Han pasado los siglos y gran parte de las personas aún tienen dificultades en esa materia básica que es el autoconocimiento: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Así que hablar de comunicación, es hablar también de inteligencia emocional, ya que el lenguaje tiene la capacidad de forjar y transformar radicalmente nuestra experiencia mental. Las palabras que utilizamos al pensar pueden tener un efecto muy poderoso en las emociones y en el estado de ánimo. En muchas ocasiones no nos damos cuentas de la fuerza decisiva que tienen nuestras palabras en nuestro día a días. Por ello, llevar la oratoria a las aulas es cuidar también nuestro lenguaje interno y nuestra salud mental.

Pero si además añadimos una de las  herramientas por excelencia dentro de la oratoria como es el debate , llegamos a la cuadratura del círculo, es darles voz a nuestros jóvenes, es una práctica imprescindible para fomentar, habilidades como ser capaz de realizar una buena investigación del tema de debate, construir argumentos a favor y en contra de la premisa elegida, lo cual hace desarrollar la empatía y ayuda a ver que no todo el mundo tiene que tener la misma opinión, y por tanto, fomentar el respeto.

El debate desarrolla también la escucha activa y el pensamiento crítico, un buen debate es como un diálogo, y escuchar lo que el interlocutor tiene que decir, es tan importante como lo que hay que defender. En el mundo de hoy en día no estamos acostumbrados a practicar la escucha activa, recibimos tantos estímulos que resulta casi imposible detenerse y aprender a prestar atención, que es otro elemento de la escucha. El debate desarrolla la resiliencia o capacidad de afrontar situaciones de estrés, y desarrolla especialmente la capacidad de trabajo en equipo, pero sobre todo, genera ciudadanos más tolerantes, empáticos y capaces de dialogar.

Enseñar y practicar la comunicación en el aula a través del debate y la oratoria es dar el impulso necesario a nuestros jóvenes para un futuro prometedor. No hay trabajo, no hay posibilidad en la que no hablar en público sea un beneficio, todos tenemos en algún momento que transmitir nuestras ideas en público y que sean bien entendidas. Todo lo que tiene que ver con nuestro proyecto vital o profesional tiene que ver con nuestra comunicación, y cultivar nuestra comunicación, nos va a ayudar a mejorar nuestras relaciones, nuestra confianza, nuestra seguridad.

Decía Lao Tse que “Un viaje de mil millas comienza con un primer paso”, avancemos y demos el primer paso, la comunicación es una guía para “ir por el mundo”.

FABULAMOS

Raquel De Miguel, coordinadora de Plan Lector de Centro; Elisa Moreno, directora general; Belén Fornoza, coordinadora del Proyecto Solidario de Centro. Educadoras del Colegio FEC Nuestra Señora del Carmen.

Desde noviembre, contáis con un proyecto lector de aprendizaje y servicio: “Fabulamos”. Antes de que nos cuentes en qué consiste, me gustaría que situaras un poco el contexto en el que se pone en marcha con una recién estrenada ley educativa.

El Proyecto “Fabulamos” se pone en marcha desde el año académico 2021-2022 en el que se comienza a trabajar en el diseño, organización, estructura y proceso de enseñanza-aprendizaje que se implementará en el curso 2022-2023, teniendo en cuenta el perfil de salida del alumno, la nueva filosofía y práctica de las situaciones de aprendizaje referidas en LOMLOE y el lema institucional de nuestra Fundación (Fundación Educación Católica) que preside el presente año escolar. Como parte del Proyecto Educativo de Centro, uno de nuestros objetivos es educar alumnos comprometidos fomentando diariamente su “Talento Solidario”. Queremos aportar a la sociedad personas comprometidas, personas con la necesaria empatía para ponerse en el lugar de los otros y decisión para involucrarse en la defensa de los derechos, especialmente de los más vulnerables. Comprometidas con el mundo en el que vivimos.

En este proyecto habéis unido dos retos, el desarrollo del talento solidario de los alumnos y el fomento del gusto por la lectura. ¿Cómo habéis hecho realidad estas dos premisas?

Algo tan sencillo y a la vez tan complejo como tener presente en la ideación del proyecto el perfil de salida del alumno, perfil común para todos los colegios FEC. Tenemos claro que debemos hacer una práctica pedagógica, didáctica y formativa que tenga presente el crecimiento personal con el fin de que cada alumno sea la mejor versión de sí mismo; con esta premisa en mente, nace aunar la práctica lectora y el valor de la solidaridad con una metodología activa que se hace necesaria e imprescindible en la formación de un ciudadano consciente de las necesidades del otro. De ahí la idoneidad del Aprendizaje y Servicio, una metodología educativa innovadora que persigue conciliar el éxito educativo con el compromiso social. El Proyecto “Fabulamos” busca que nuestros alumnos sean agentes activos quienes luchen por la transformación social para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la agenda 2030, vinculados concretamente a la lucha por una “educación de calidad” y la “reducción de las desigualdades”, empezando por su entorno más cercano. Este proyecto está dentro del Proyecto Solidario de Centro, que contiene varias acciones solidarias que realizamos a lo largo del curso, enmarcadas siempre dentro del Plan Pastoral de centro.

Explícanos, ¿Cómo se concreta, con qué edades habéis trabajado?

Este proyecto se concreta para la etapa de Primaria, para los cursos de 1º y 6º con un calendario de sesiones que acoge desde septiembre hasta abril para culminar con la XI Fiesta de la lectura en la Semana del Libro. Se organizan sesiones conjuntas de ambos cursos y se hace “ingeniería” escolar para aunar sesiones, tiempos y espacios de trabajo conjunto.

El proyecto ha implicado a toda la comunidad educativa e, incluso, habéis dado un paso más haciendo partícipes a la red de bibliotecas públicas de Zaragoza. ¿En qué ha consistido esa participación? ¿Pueden las bibliotecas tener un papel activo en el fomento de la lectura, más allá de la clásica labor bibliotecaria?

Cuando diseñamos este proyecto tuvimos claras varias premisas, debía ser un proyecto de participación de la comunidad educativa y tener en cuenta las oportunidades que la ciudad de Zaragoza nos brinda. Llevamos muchos años trabajando un plan lector relacional con instituciones de la ciudad. Por ejemplo, antes de la COVID-19 también tuvimos un proyecto de aprendizaje y servicio en el que nuestros alumnos hacían servicio a la comunidad en el Hospital Provincial Nuestra Señora de Gracia, era nuestro querido proyecto “El Virus de la Lectura”, donde trabajamos estrechamente con la Biblioteca para jóvenes CUBIT. Así que las bibliotecas han estado y están presentes en nuestro plan lector de manera activa, los bibliotecarios son agentes activos que ofrecen un lugar, una experiencia y una cultura que trasciende las aulas para ampliar el lugar de aprendizaje y práctica lectora.

Aterrizando en el fomento de la lectura. ¿Qué importancia le dais a la lectura y a su influencia en el proceso de aprendizaje y en el desarrollo de la inteligencia emocional?

«LA LECTURA», con mayúsculas, así la escribimos, está prácticamente en nuestro colegio desde los primeros años con experiencias como el YOGALEO en Infantil desde 2017, hasta las prácticas con los más mayores como la poesía de Rafael Alberti o ser parte del grupo motor del Premio Criticón de la ciudad de Zaragoza. La lectura es un ir y venir por experiencias significativas unidas a la educación emocional, una lectura que debe trascender al aprendizaje para llegar a la emoción y tener lugar en la memoria emocional para que su huella se mantenga como patrimonio del aprendizaje en nuestro colegio.

En la descripción del proyecto habláis de leer de “forma competente”, de “leer bien” y a ello sumar el “placer de leer”. ¿Cómo se conjuga todo esto?

La lectura se conforma como ADN de nuestro proyecto educativo, es un elemento significativo y diferenciador. Siempre estamos preocupados y ocupados para que desde los primeros años hasta Bachillerato la práctica lectora acompañe a los alumnos. Decir que la lectura es importante en la formación de nuestros alumnos resultaría vacuo si no pudiéramos constatar que lo hacemos presente en nuestro devenir diario. Así que esta filosofía se hace relevante en acciones como tener un hito anual lector que se conforma en celebración y que desde hace más de 10 años la lectura acaba en fiesta. Una fiesta que año tras año acoge el éxito de iniciativas como la que nos ocupa: el Proyecto “Fabulamos”.

Al final del proyecto los alumnos escriben una fábula, ¿por qué habéis elegido este subgénero literario?

La elección de este subgénero narrativo viene determinada por el lema institucional que preside nuestro año escolar: #CONCRITERIO. Además, esto se concreta en el valor del sentido crítico. La idoneidad del género didáctico para con el lema nos hizo plantearnos el trabajar la escritura creativa con el objetivo de tener en cuenta la moraleja, particularidad literaria significativa de este género.

Desde el punto de vista del compromiso social, ¿qué conocimientos, competencias y valores promueve “Fabulamos”?

La metodología del aprendizaje y servicio trae al proceso de enseñanza aprendizaje la práctica y experiencia de los valores que conforman el perfil de salida del alumno FEC, un alumno que debe ser equilibrado, libre, competente, comprometido y agradecido. Además, el compromiso social parte del Proyecto de Solidaridad de Centro que se da la mano con el Plan Lector para hacer un tándem perfecto: lectura y solidaridad. En este proyecto, en concreto, la solidaridad se vive entre el alumnado con una fuerte carga de educación emocional: la diferencia de edad entre los alumnos de 1º y 6º Primaria hace que el aprendizaje sea significativo: se crea responsabilidad, generosidad, respeto, empatía, convivencia, valores cristianos que conforman la educación integral y de calidad en nuestra escuela.

¿Consideras que los alumnos se motivan más si el aprendizaje está vinculado a un servicio útil a otras personas?

Ser Servicial y Solidario es pensar en las personas y su bienestar, hacer un servicio a la comunidad está dentro de la educación integral que define nuestro proyecto educativo. El servicio ha consistido en ayudar a los compañeros; el aprendizaje en el servicio ha traído la consecución de objetivos curriculares, el aprendizaje en soft y hard skills, el sentirse en el rol de tutor, de guía, de trabajar de manera cooperativa y además ha habido un producto final: la creación de una fábula con todo lo que implica desde la escritura a la ilustración pasando por la edición. En definitiva, desarrollan habilidades, actitudes y valores, potenciando de este modo su talento solidario. Por lo tanto, aprenden a ser ciudadanos competentes, poniéndose al servicio de los demás, por lo que se puede afirmar, tal y como aparece en nuestro sello solidario de Fundación Educación Católica, que “hacemos escuelas solidarias, educamos personas comprometidas”. Ese es el principal objetivo de la dinámica solidaria que está presente en todos nuestros centros educativos y que es una de nuestras señas de identidad. La motivación de los alumnos ha sido increíble, las evidencias del aprendizaje han sido constatadas en la evaluación del proyecto y la celebración de la XI Fiesta de la Lectura ha sido la prueba de que con motivación los alumnos se esfuerzan más, se comprometen más, aumentan su eficacia, su iniciativa y existe una mejora del desempeño de la tarea competencial.

Por último, toda fábula tiene un mensaje moralizante o una enseñanza de cierre, ¿te atreverías a terminar con una moraleja o con esa lección de vida o enseñanza que ha dejado “Fabulamos” en vuestros alumnos, pero también en, vosotros, profesores?

Hablar de moraleja, ahora que termina la entrevista, es un cierre precioso para la descripción de un proyecto que ha traído muchos y variados aprendizajes. Me atrevería a decir que va a ser una experiencia que se quedará en la memoria emocional de alumnos, padres y educadores. Con este proyecto hemos aprendido todos. Estas generaciones recordarán que fueron los protagonistas de la XI Fiesta de la lectura y que celebraron la lectura y la solidaridad desde “Fabulamos”.

NATURAL LEARNING SPACE

Como muestra de nuestro compromiso de mejora continua e innovación en la experiencia educativa a través de los contenidos y el entorno, este curso académico 2022-2023 el alumnado de Educación Infantil ya disfruta de nuevos espacios al inaugurar el proyecto “Natural Learning Space”, donde se usan los espacios exteriores como una extensión de la clase y como un sitio con oportunidades únicas para aprender. Con este nuevo proyecto de Infantil, los espacios exteriores se incorporan como una herramienta de aprendizaje, de forma que cada aula de Infantil dispone de su propio acceso a un espacio al aire libre donde se pueden desarrollar distintas actividades y nuevas posibilidades pedagógicas y metodológicas. El impacto positivo del uso de las “aulas al aire libre” en el desarrollo cognitivo, físico, social, emocional y creativo de los niños está ampliamente evidenciado por la investigación empírica.

¿Por qué es importante el aprendizaje al aire libre?
Tener fácil acceso a espacios exteriores, independientemente del tiempo o la época del año, permite a los niños tomar sus propias decisiones sobre el juego. Así mismo, les ayuda a comprender los cambios que se producen en las distintas estaciones del año. Promover actividades de aprendizaje en los espacios escolares exteriores, contando con la planificación y los recursos adecuados, aporta los siguientes beneficios:
● Fomenta el desarrollo de un estilo de vida activo y saludable;
● Promueve una mayor confianza y bienestar en los niños;
● Permite el desarrollo de relaciones interpersonales en armonía, a través de la negociación, el respeto a los turnos y la cooperación;
● Proporciona nuevos desafíos y ayuda al desarrollo de las habilidades sociales necesarias en la resolución de conflictos;
● Desarrolla la creatividad y la capacidad de resolución de problemas;
● Ofrece experiencias únicas, como el contacto directo con la naturaleza, el tiempo y las estaciones del año;
● Es un apoyo para aquellos niños que aprenden mejor a través de la actividad y el movimiento.

En el Colegio Juan de Lanuza estamos orgullosos de integrar espacios exteriores de aprendizaje dando continuidad al trabajo del aula, conformando así experiencias de aprendizaje enriquecidas para nuestro alumnado de la etapa de Infantil. Este nuevo proyecto “Natural Learning Space” contribuye a que todos nuestros pequeños y pequeñas vengan felices al colegio, crezcan en un contexto educativo saludable y activo, y disfruten
aprendiendo.

Food Family Project

Carmen de Lasala, Directora del Colegio de Fomento Sansueña de Zaragoza; Merche Roig, Coordinadora de ‘Food Family Project’

Food Family Project es un proyecto pionero del Colegio de Fomento Sansueña que nace atendiendo la demanda social para ayudar a las familias, a través del alumnado, de modo práctico y dinámico en Hábitos de Vida Saludable relacionados con la Ciencia, Naturaleza, Medicina, Nutrición y Salud adquiriendo una Educación Integral.

El proyecto unifica nuevas líneas de actuación con otros proyectos ya existentes en Sansueña como: el Huerto Ecológico, Comedor Educativo, Comedor Plus+, Little Chef, Comidas en familia, Solidaridad y Voluntariado.

Se conecta e implica con responsabilidad a toda la comunidad educativa (alumnado, familias, personal docente y no docente) compartiendo experiencias para lograr una sociedad saludable. Fomentando la innovación educativa a través de un aprendizaje con una metodología práctica y dinámica (ABP) en el que el alumnado es el principal protagonista con una participación activa y objetivos transversales adaptados a cada etapa. Sansueña se convierte en un modelo de escuela abierta y participativa.

El proyecto se desarrolla en todas las etapas, desde Educación Infantil, pasando por Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato.

Para dar visibilidad al citado proyecto, Sansueña, en colaboración con el “Centro de Fotografía con Causa” de DKV Seguros, en 2022 pone en marcha la I Edición del Concurso de Fotografía “COMER SALUDABLE MÁS QUE UNA IMAGEN”, proyecto pionero dirigido por alumnado de Secundaria y Bachillerato con el objetivo de concienciar a través de la imagen y el arte sobre una alimentación saludable y sostenible. Al finalizar se realizó una exposición con todas las fotografías de las alumnas en la sede central de DKV (Zaragoza)  poniendo el foco en la importancia de la formación en estos ámbitos desde la escuela. La imagen, a través del arte, es el canal transmisor para concienciar a las generaciones más jóvenes y veteranas, alumnos y familias. Lograr una alimentación saludable y sostenible es posible en un contexto de digitalización y consumo excesivo.

La muestra se inauguró con una mesa redonda compuesta por expertos en la materia. Amanda Gaspar (Nutricionista de ASERCO), Carlos Melara (Fundador & CEO de EKILU, web-app de gastronomía sostenible), Patricia Cavero (concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza), Daniel Yranzo (Chef de Cook&Chef Institute) y Merche Roig (Profesora de Sansueña y responsable del proyecto) que enriquecieron el debate sobre : imagen y alimentación saludable.

Intervención de Dña. Patricia Cavero, Concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza, en la mesa redonda/Inauguración Exposición de Sansueña en el Centro de Fotografía DKV “Comer saludable más que una imagen”.

Proyecto Bosque Comestible

Gemma Arasanz, Directora del Colegio «La Farga Infantil» de Valldoreix (Barcelona); Marga Marcas, Coordinadora del proyecto «Bosque Comestible»

La comisión de sostenibilidad de La Farga Infantil está trabajando, junto con el equipo directivo, en la creación de un espacio donde los niños y niñas en edades tempranas puedan aprender a cuidar de la naturaleza, a través de la permacultura. Esta zona la hemos denominado el bosque comestible.

Uno de nuestros principales objetivos es que los niños y niñas reconozcan diferentes tipos de plantas aromáticas, verduras, hortalizas, plantas medicinales y frutos diversos que podemos encontrar en los bosques.

La idea es que, a través de la observación, sean conocedores del proceso de crecimiento de los diferentes tipos de plantas hasta llegar a la fase final de consumo; que aprendan los tiempos de la naturaleza, cómo influyen los diferentes fenómenos atmosféricos y qué puede hacer el ser humano para cuidar una planta desde que es semilla hasta que extraemos el fruto.

Uno de los objetivos fundamentales del proyecto, es que los niños conecten con la naturaleza a través de la observación y el trabajo de la tierra, sin el uso de productos químicos.  Esta forma de trabajar nos enseña que la propia naturaleza nos da los medios para mantener y desarrollar un mundo más sostenible. Así, los niños y las niñas van adquiriendo unos hábitos y una cultura de respeto a todo lo creado.  Buscamos impulsar el respeto por el planeta tierra, el desarrollo de valores y la convivencia entre las personas a través del cuidado paciente. Queremos que sea un proyecto intergeneracional en el que los adultos puedan transmitir su experiencia en el terreno de la horticultura a la vez que los niños y niñas pueden también aportar su granito de arena.

El proyecto del bosque comestible se llevará a cabo en 3 fases:

Fase inicial: preparación de terreno y limpieza. Hacer un diagnóstico de todo lo que disponemos.

Fase intermedia: diseño del proyecto. Estructura y diseño en terreno teniendo en cuenta todos los elementos que queremos incluir: espacio de asamblea y cabaña de sauce vivo, espacio de semilleros, espacio espiral de hierbas aromáticas, camino sensorial, espacio de compostaje, espacio de descanso, huerto con diseño de tipo mandala, invernadero, balsa y álamo (en este espacio se verán representadas las siete alturas de los árboles y arbustos).

Fase final: puesta en marcha del proyecto. Poner todos los grupos en horario, ofrecer formación al equipo docente sobre la permacultura con docentes expertos en la materia.

Con este proyecto pretendemos empezar a implantar la cultura del outdoor o aulas en el exterior en La Farga Infantil, para que los niños y niñas puedan aprender al aire libre y entender mejor los lenguajes de la naturaleza.

Gemma Arasanz, directora La Farga Infantil. Valldoreix

Marga Marcas, coordinadora del proyecto

Miembros del equipo: Isabel Álvarez, Meritxell Salvadó, Majella Conway, Céline Bougrain

EDUCACIÓN, LIDERAZGO, MUJER

Juntas responderemos a los desafíos pedagógicos de hoy y de mañana

Irene Arrimadas

Inicio este post con el agradecimiento a todo el equipo MLE y, en especial, a Ana Mª Farré, por la invitación a participar en “Expertas” de MLE. Estoy segura que éste será el escenario propicio para compartir reflexión sobre educación en clave de liderazgo femenino. Son estas tres palabras, “mujer”, “liderazgo” y “educación” las que juntas generarán nuevas perspectivas, visiones renovadas y soluciones innovadoras.

Cuando me llamó Ana Mª para comentarme su ilusionante proyecto y me dijo “habla de lo que quieras”, me quedé pensando en lo que yo podía aportar, porque, más que hablar, me apasiona escuchar y reflexionar con otros. Y pensé en lo que disfrutaría al compartir este post con tantas mujeres con las que tengo la tremenda suerte de caminar la vida educativa, las que construyen con su trabajo y dedicación la verdadera educación que deja huella en las personas. Estoy segura que a muchas las leeréis pronto en este espacio.

Así que lo que puedo ofrecer es el reflejo de lo que aprendo cada día con ellas. Por ellas, hablo desde la esperanza en un mañana educativo del que desconozco tantos aspectos, del que intuyo algunos retos, oportunidades y amenazas, y en el que desearía ver realizadas tantas aspiraciones e ilusiones. Un mañana que sabemos que empieza hoy con nuestro hacer cotidiano que lo construye y que también lo condiciona. Este hoy educativo protagonizado por los alumnos, pero de forma determinante también por los educadores desde nuestro papel activo en la construcción de cada proyecto de vida que se teje en cada niño. De ahí que mi hoy se centre en la búsqueda de procesos de innovación y cambio educativo que impulsen el protagonismo del alumno para que sean capaces de liderar su vida y mejorar la vida de los demás.

No es nada fácil acertar con la clave de lo que debe aprender un buen ciudadano del siglo XXI (en el terreno cognitivo, socio-afectivo, espiritual, de valores), para abrirles al conocimiento propio y del mundo que les rodea, para facilitarles la convivencia desde la solidaridad, y para que desarrollen sus competencias con responsabilidad y libertad. No se trata solo de trabajar las materias o los contenidos que tienen que saber, sino el ser integral de la persona. Por ello, creo en la educación que transforma vidas. Lo afirmo con sumo respeto y cuidado, por su dimensión de amor y servicio a nuestros alumnos, especialmente a aquellos que más lo necesitan, por su repercusión profunda en la vida y en el quehacer de tantas personas implicadas en el proceso educativo y por su trascendencia en la transformación de nuestra sociedad. Educación que es todo un desafío, al que debemos dar respuesta juntos y más en este cambio de época donde es tan fácil “perder el rumbo”.

Tengo el privilegio de formar parte de una institución (Escuelas Católicas) que  junto a muchas otras organizaciones y expertos, me permite pulsar los desafíos pedagógicos a los que ya nos estamos enfrentando y los que se nos avecinan. Los centros e instituciones queremos seguir cumpliendo con nuestra misión educativa de la mejor manera posible, desde nuestra visión, e introducir procesos pedagógicos personalizados, inclusivos, rigurosos y contextualizados, y actualizar los métodos de enseñanza y la organización pedagógica. Por ello, necesitamos hacer realidad algunos cambios estructurales y curriculares para que el centro se organice en torno al protagonismo del alumno y su aprendizaje.

Necesitamos impulsar una nueva cultura organizativa en nuestras escuelas para llegar a ser organizaciones que aprenden; distinguirnos por una mayor coordinación, participación, colaboración y comunicación vertical y horizontal para que el proyecto educativo del centro impregne toda la vida de la escuela y sea coherente desde cada programación de aula. La organización que aprende es principalmente una organización dual[1], que crece, se transforma e innova desde la comunidad en red, basada en el poder de las personas, en su talento, en la confianza.

Hace falta un profesorado preparado y partícipe, con una sólida formación inicial y continua, con acompañamiento y práctica reflexiva que lo mantenga al día de los aspectos pedagógicos relevantes con recursos y disponibilidad del tiempo necesario para diseñar sus programaciones de aula, que trabaje en redes de colaboración y que comparta proyectos y experiencias.

Y, por supuesto, necesitamos un liderazgo distribuido, que genere un clima de relación, implicación y cohesión del profesorado y de los equipos directivos alrededor de la visión compartida, de tal forma que cada maestro y profesor sea también un líder (Del Pozo et al., 2016). Estos líderes cuidan su bienestar emocional para poder cuidar el de los demás; establecen un diálogo reflexivo entre profesores, alumnos, familias, etc.; promueven y utilizan canales eficaces de colaboración; están atentos a las iniciativas propuestas por los equipos y les otorgan autonomía para su ejecución; crean ambiente positivo; dirigen y acompañan de manera imaginativa; y valoran al claustro y al resto de la comunidad de la que forman parte (Martín Murga, M., 2021)[2].

Pero todo a la vez no lo podemos llevar a la acción. De ahí la importancia de reflexionar “desde dentro” sobre lo que tendríamos que cambiar en nuestros centros y generar un buen plan de mejora pedagógico con preguntas clave: ¿dónde vamos a poner el foco?, ¿por qué, para quién y qué podemos hacer?, ¿cuándo, cómo y qué recursos tenemos disponibles? Y no olvidemos la evaluación de cada proceso para recalibrar hacia dónde vamos[3].

Ojalá que construyamos respuestas entre todas y pongamos “taller” a las ideas. Que no se pierda ninguna en este camino tan apasionante. Juntas, somos red.


[1] Inspirado en John Kotter.

[2] Martín Murga, M. Innovación educativa en compañía, Revista Educadores, número 280, octubre-diciembre 2021 https://issuu.com/escuelascatolicas/docs/educadores_280

[3] El Pensamiento de Innovación Educativa (PIE) puede ayudar a diseñar una buena planificación compartida https://www.escuelascatolicas.es/pensamiento_innovacion_educativa/